Siguieron caminando hasta que llegaron a unas escaleras de piedra blanca que terminaban en el ombligo de una enorme estatua. Kwll comenzo a subir, moviendo torpemente las cuatro piernas. Al fin, entraron por la redonda abertura y se encontraron en una enorme habitacion iluninada por la luz que caia de la lejana cabeza de la estatua. Y en el centro de la luz habia un grupo de criaturas armadas, como dispuestas para el combate. Eran a la vez deformes y bellas y llevaban una gran variedad de armaduras y armas. Algunos tenian cabezas que parecian de bestias, mientras que otros parecian hermosas mujeres. Corum supuso que eran los duques del Infierno, los que servian a Mabelode, Rey de las Espadas. Uno de los duques, iba desnudo y era alto. Su blanca piel era suave y sin vello, perfectamente proporcionado, pero no tenia cara. Corum supo que era Mabelode, llamado Sin Cara.

El rey de las espadas (Tercer libro de Corum; Corum #3) PDF

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