Recuerdo el momento exacto en el que vi a Alina por primera vez, pensé que no era real. Alguien con esos ojos, mitad azules y mitad verdes, con esa mirada caóticamente perfecta y esa torpeza tan tierna y sexy al mismo tiempo, no podía ser real. Sus carnosos labios pintados de rojo y su pequeña nariz rodeada de pecas me volvieron completamente loco. Su cuerpo es un camino lleno de curvas que te marean, te desorientan, y no sabes cómo volver al inicio. El mundo a través de los de Alina es como un cuento de fantasía poco probable, la imagen de un soñador, las letras de un autor, la melodía de un músico. Ella es una figura perfecta y misteriosa, una belleza poco común pero capaz de hacerle perder la cordura a cualquiera. Pero, no fue su físico lo que me enamoró, fue su mundo interior, sus miedos, el sonido peculiar de su risa, sus deseos, sus secretos y lo normal que parecía y que, en realidad, no es. Callada, tímida, aburrida… de esa guisa iba Alina, pero ¡qué mentira más grande! Solo era una capa para cubrir sus mil maravillas y no arrastrarte con ella al desorden más irresistible que puedas imaginar.<p>Pero su tesoro más grande y valioso lo esconde con llave debajo de su piel. Cuando, por fin me dejó descubrirlo, me di cuenta de que ya no había vuelta atrás, que debía aferrarme a ella y no dejarla escapar jamás.</p><p>La vida te pondrá incesantes dificultades en el camino y te hará gozar de una inmensa felicidad cuando veas llegar aquello que tanto anhelabas. No debes olvidar la fragilidad y la efimeridad de los buenos momentos y la sensatez con la que debes aferrarte a ellos.</p>

Un Invierno en su Mirada PDF

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